Los gobiernos de toda Europa hicieron campaña; El español distribuyó bombillas de bajo consumo. Técnicamente se llaman CFL (fluorescentes compactas). Gastan menos electricidad pero conlleva serios riesgos para la salud. Si caen al suelo y se rompen, liberan mercurio, una de las sustancias más tóxicas que existen para humanos y demás habitantes del planeta.
Las bombillas de bajo consumo y la unión Europea no tienen en cuenta la contaminación del mercurio (Hg), solo el ahorro energético.
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